La colección «Lecturas Grabadas» disponible aquí en formato pdf y en archivos de audio, está compuesta por 32 cuentos y una novela corta. El material se ha seleccionado en función de lograr un acercamiento gozoso a la obra literaria de autores argentinos y latinoamericanos que, por su estética, su musicalidad, su temática y sus proyecciones culturales ayude a recuperar el valor decisivo, poderoso y necesario de la palabra en el aula. Palabras con peso, que signifiquen, que cuestionen, que emocionen, que permitan escuchar, leer, sentir, dialogar y, por sobre todo, pensar.
RESEÑAS
El leve pedro
Enrique Anderson Imbert 23’04’’
Una extraña enfermedad pone a Pedro al borde de la muerte. Sobrevive pero no tiene cura. Ha quedado ingrá- vido, tan liviano que llega a dormir contra el techo de la habitación como si fuera el mismo suelo. ¡Casi me caigo al cielo! gritó una vez sin perder su humor. Un día, como un juguete de los vientos, libre y festivo, Pedro vuela por la ventana hasta ser un pequeño punto en el infinito. Sed de aventuras que nos anima de pronto a sacarnos de encima el pesado globo terráqueo en el que somos un átomo más.
Aristocracia de barrio
Roberto Arlt 7’58’’
Usted a mí no me falte el respeto, porque yo soy jubilado, dice el hombre a una pantalonera, dando pie a explorar el rosario de frases típicas en que incurren las clases medias a la hora de justificar y ennoblecer sus pequeñas posesiones en su veneración a las clases altas. Diatriba ácida para un sector social confiado en sus “logros” laborales, aferrado a sus seguridades jubilatorias y aprisionado por sus miedos al pueblo. Improductividad, medianía, falta de aspiraciones vitales genuinas, derrotados antes de empezar, con sólo un magro retiro como norte.
Parábola del trueque
Juan José Arreola 10’52’’ Alegoría de la modernidad en la que hombres canjean mujeres viejas por nuevas. Entre brillos y óxidos, luces y sombras, un tratamiento cosificante de los vínculos humanos, asistimos al artificio y la estupidez de un “mundo feliz” que fabrica belleza en serie y encorseta la diferencia de lo singular.
Veladuras
María Teresa Andruetto 80’02’’
Una joven entra en estado de shock luego de una tragedia personal. Su familia llevaba una vida tranquila y armoniosa hasta que irrumpe una mujer a la que dan albergue en su casa y de la cual su padre se enamora. Pero no se trata de un simple adulterio, sino de la complejidad que acarrea vivir con otros, armonizar culturas y prohibiciones. Se va recuperando por una suerte de doble terapia: el relato de su vida y el placer que le despierta el arte de las veladuras, con sus colores, materiales y formas. Una técnica que hace que un objeto nuevo parezca viejo por la pátina del tiempo simulado. Lo velado, que cubre y muestra, que se ve mejor porque exige una mirada más profunda. Como con el dolor. Rosa reparando objetos y hablando, se va rehaciendo. Cada cosa en su lugar, un poco de luz y el alma se va reparando.
El bochín
Leónidas Barletta 7’55’’
Una jugada inusual define un partido de bochas: el bochín salta fuera de la cancha pero, en el rebote, vuelve a entrar. Un árbitro la da por buena y el vencido se retira furioso. Al llegar a su casa encuentra a su hijo que ha vuelto al hogar luego de haberse ido de manera conflictiva. El padre, que no quiere mostrar debilidad pero que añora tenerlo nuevamente en la familia, adopta la misma fórmula para ganar al hijo. Se inviste de autoridad arbitral y sentencia: bochín que vuelve, vale.
El ladrón
Alberto Barrio Ángel Bonomini 9’02’’
Mezcladas con el olor típico de un almacén de barrio se disparan las tiernas luchas infantiles ante la posibilidad de tener algo prohibido, algo que no se puede comprar. Una torre de barras de chocolate genera fascinación en un niño de la década del 50, y una tentación irrefrenable. Terrores, imágenes de la ley, vacilaciones frente al hecho de quedarse o no con el objeto deseado.
El indigno
Jorge Luis Borges 17’32’’
Un viejo librero le cuenta al autor del relato una historia trágica de su pasado que nunca había revelado a nadie. Tenía quince años cuando conoció a un malevo que paraba en un almacén de su barrio. Distintos episodios que lo vio protagonizar le indicaron que estaba ante un hombre de temple, íntegro a su manera. Ferrari, que así se llamaba, cobra una importancia esencial en la vida del joven. Lo admira. Se inicia así una relación que será también el comienzo de su madurez. A instancias de Ferrari participa en un asalto. Inicialmente acepta pero termina delatándolo. Su actitud desleal, indigna, lo acompañará de por vida.
Emma Zunz
Jorge Luis Borges 17’31’’
Una joven recibe una carta con la noticia de que su padre ha muerto. Este trágico hecho desencadena en la muchacha una fiebre de recuerdos, resentimientos, y el deseo de venganza, que siempre estuvo latente. Matará a quien traicionó y hundió a su padre. Llevar adelante su decisión fatal pondrá en marcha un mecanismo de acciones terribles, coartadas, de sacrificios y mentiras que la transformarán para siempre.
La madre de Ernesto
Abelardo Castillo 16’03’’
Tres jóvenes se enteran de que la madre de un amigo en común, al que hace mucho que no ven, regresó al pueblo a trabajar como prostituta. Esta mujer había dejado la casa unos años antes siguiendo a una compañía teatral. Después de muchas idas y venidas juntan coraje y deciden ir al cabaret de la ruta y pedir un turno. Hay cierta excitación agregada a la hazaña de ir a un prostíbulo: es la madre de Ernesto. “(…) lo equívoco, lo inconfesable, lo monstruosamente atractivo de todo eso, era, tal vez, que se trataba de la madre de uno de nosotros”. Si bien tienen sentimientos encontrados por tratarse de lo que podría ser una traición al amigo predomina la crueldad y la condena. Cuando llegan al lugar, y ella aparece ante los tres para continuar con su triste rutina, algo del sentido profundo de la existencia se revelará para todos.
Preámbulo a a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Julio Cortázar 2’26’’
Borges escribió alguna vez que es imposible contar o resumir un relato de Cortázar. Que si eso ocurre algo esencial se ha perdido definitivamente. Sin duda, éste es uno de esos casos. Piensa en esto nos advierte Cortázar desde el principio. A una persona le regalan un reloj pulsera y una serie de cargas, rutinas, trabajos y convenciones del fascinante mundo de los objetos se pone en marcha para esclavizarla.
El cielo entre los durmientes
Humberto Costantini 15’38”
Es el relato de una amistad en la vida de dos chicos de doce años. Es la historia de una época de la Argentina en la que jugar en la vereda era lo habitual. Una historia de juegos sin juguetes, bajo el sol cayendo a plomo en la tarde silenciosa de siestas de barrio; la calle, los árboles, los durmientes de las vías del tren y un puente como principales protagonistas de la aventura. La embriaguez de estar vivos, fuertes, unidos en la alegría desafiante de sentirse inmortales.
La hormiga
Marco Denevi 2’54’’
Unas hormigas emprendedoras crean un vegetal artificial y, así, no necesitan salir del hormiguero para alimentarse. En adelante la vida transcurrirá puertas adentro del Gran Hormiguero. Un día, una de ellas se desorienta, cambia el rumbo habitual y sale a un jardín. Se alimenta con plantas naturales, goza del sol. Cuando vuelve con la novedad, sus hermanas creen que enloqueció. No se lo perdonarán. Diferenciarse, saber, tiene sus costos.
Algo muy grave va a Suceder en este Pueblo
Gabriel García Márquez 5’50’’
Al levantarse, una mujer les dice a sus hijos que cree que algo grave va a suceder en el pueblo. A partir de esta frase pronunciada, como en un abracadabra, el mundo se transforma en el presagio anunciado y todos los males se desatan en la imaginería pueblerina. ¿Viste, mi hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo? Profecías auto cumplidas, exageraciones, delirios nihilistas, autómatas sin discernimiento disparan tragedias, guerras, odios y millones se matan sin haberse visto nunca.
El Extraño fútbol de los mayas
Luis Gruss 2’46’’
Los Mayas con sus dioses insaciables inventaron un extraño juego de fútbol en el que perder era la única manera de ganar. Los jugadores del equipo triunfante eran decapitados y ofrecidos sacrificialmente a los dioses. Era un premio que los jugadores agradecían. Los perdedores, en tanto, cambiaban la inmolación heroica y triunfal por una vida sin gloria pero pacífica, en la aldea. Tal era el castigo por haber sido derrotados. El relato parece interrogarnos: ¿Ante qué dioses insaciables el hombre de hoy tributa su sacrificio en el que ganar es siempre perder?
El inocente
Juan José Hernández 22’20’’
Rudecindo, alienado mental, un niño que suele acompañar a su madre modista a la casa de una clienta, tiene un gran poder sobre los animales, incluyendo unos perros feroces que cuidan una quinta vecina. Su imagen inexpresiva de Buda aletargado fascina a los hijos de la dueña de casa y es llevado como mascota para sus juegos y correrías. La expedición preferida por los hermanos es traspasar la verja de los perros y robar naranjas. En su inocencia, Rudecindo, es un salvoconducto, una y otra vez, para que la jauría no ataque. La presencia del deforme es habitual en la casa y constituye con el paso del tiempo un factor de perturbación. Va creciendo y adquiere nuevos rasgos. Lo no dicho de su nueva condición será también la razón de su macabro final.
La fiesta ajena
Liliana Heker 15’39’’
Rosaura es invitada al cumpleaños de Luciana, hija de la patrona de la casa en la que su madre trabaja por horas. Es una fiesta de ricos, le dice su madre. Pero Rosaura insiste en ir. Está radiante y feliz. Se adueña de la fiesta. En el final se rompe el hechizo y algo esencial le permitirá comprender las reglas de los ricos y las advertencias de su madre. En esa fiesta ajena, los niños no son todos iguales y Rosaura lo sabrá para siempre
La pelota
Felisberto Hernández 5’50’’
Una escena de la vida cotidiana en la que parece no ocurrir nada. Los deseos caprichosos de un niño, una situación adversa que no permite cumplirlos y una abuela que con ternura y habilidad de pobre trata de calmar las quejas por el anhelo insatisfecho.
Yarará como manguera
Mempo Giardinelli 9’20’’
Un niño, su padre y un amigo circulan en una camioneta destartalada por un camino rural del Chaco. Vuelven de trabajar, apurados por llegar a la cena de Nochebuena. En ese escenario de barro, lodo, calor y mosquitos se produce la pinchadura de un neumático. Al bajar a cambiarlo asoma la desgracia: una mordedura de yarará. Condena inapelable para cualquiera cuando no hay asistencia posible. Padre e hijo verán agonizar al Tano Poletti en medio de un delirio febril irremediable. La charla taciturna con su padre, el cielo estrellado ayudarán al niño a creer que todo saldrá bien. El nuevo día lo pondrá por primera vez en contacto con la experiencia de la muerte.
Lila y las luces
Sylvia Iparraguirre 21’15’’
En plena Patagonia una niña de siete años cuida a sus hermanitos y se ocupa de la casa mientras su madre pastorea cabras. Poco tiempo le queda para la escuela y las letras que le dan batalla desde los libros. Aprender la angustia y las luces malas se mezclan con las del semáforo que le muestra el libro de lectura. El campo impone su ritmo y su cabecita montaraz resiste las bridas del saber.
Te recuerdo como eras en el último otoño
Bernardo Jobson 23’04’’
Un empleado, con todos los vicios del piola debe afrontar uno de los momentos más vergonzosos de su vida. Tiene un absceso anal. Las peripecias para explicar su pedido de licencia en el trabajo, sus dificultades en el hospital para hacerse entender por secretarias, porteros y asistentes presentan una galería de situaciones grotescas que ponen de manifiesto los ancestrales pudores existentes sobre determinadas zonas del cuerpo y las implicancias de homosexualidad que éstas generan.
Yzur
Leopoldo Lugones 23’09’’
Yzur es la obsesión de un hombre por alcanzar una meta irrealizable: enseñarle a hablar a un mono. El derrotero de miles de años de una especie condenada a un limbo de inteligencia pone a este hombre paradójico, frente a frente, con su propia animalidad. Mientras el hombre experimenta, el mono va abandonando, paulatinamente, su inocencia muda para acercarse a la cruel razón de los humanos. Pero esta lucidez tiene un costo: su propia vida. El mono se niega a hablar; el hombre desespera y castiga. Animal y hombre se confunden en este relato, que nos sugiere que las palabras no siempre nos hacen superiores.
Bita
Juan José Manauta 11’25’’
Una pareja arrasada por la guerra construye un refugio de salvación mutua. El ambiente que refleja el cuento es crudo y brutal. No hay lugar para duelos y sentimientos duraderos o líricos. La ley del instinto, que es la de la vida, puede más. Algo que sorprende es el lugar potente de la mujer. Sabe más ella del destino que su compañero de ocasión. Pero el desnivel se nivela a la hora de la unión de los cuerpos, primitiva y tierna a la vez. La construcción del rancho es la metáfora elegida.
El recuperatorio
Guillermo Martínez 13’16’’
Un profesor universitario de Matemáticas a quien le entusiasma enseñar tiene en su clase a una alumna a la que no logra interesar. Un día la aborda, le pregunta qué le ocurre y ella dice que no le importa ni la materia, ni ninguna otra cosa; no le interesa nada. Tienen prácticamente la misma edad y él, atravesado por la pasión de vivir y de saber, no concibe esa imposibilidad de encontrar un sentido a las cosas que ofrece el mundo, cualquiera sean. La secreta fragilidad de todas las cosas, la sinrazón, confronta por primera vez con su manera racional de capturar el mundo.
La rana que quería ser una rana Auténtica
Augusto Monterroso 1’56’’
Alcanzar la belleza o la autenticidad a través de medios forzados y artificiales no resulta. Mucho menos si el empeño se basa en obtener la aprobación del entorno social. De eso parece darse cuenta, aunque tardíamente, la rana so- ñada por Monterroso. Los esfuerzos destinados a complacer a los otros al costo de perder la identidad son inútiles, y, a la larga, contraproducentes. Habrá que buscar por otro lado y, sobre todo, no traicionar la esencia.
El club de los Perfectos
Graciela Montes 9’25’’
Los Perfectos establecen su club exclusivo, pues los Perfectos sólo tratan con Perfectos. Medianía perfecta la de los perfectos: ni mucho ni poco de nada, ni altos ni bajos, ni efusivos ni tímidos, prudentes. El club de los perfectos es la metáfora –irónica– de un mundo construido a imagen y semejanza de la vanidad de los hombres. Tras la máscara de la perfección se ocultan hombres y mujeres comunes. La genuflexión de su realidad ante la apariencia y el lujo es ridícula porque viven en un barrio, porque son pocos, porque su belleza es forzada. Los vecinos miran a estos hombres, los observan, como en un circo de fenómenos. Cuando el caos se desata –porque nada es perfecto– y las máscaras caen, los hombres vuelven a las veredas del barrio, tristes y meditabundos.
El ilustre Amor
Manuel Mujica Láinez 12’48’’
Muere un Virrey del Río de la Plata y se realizan sus funerales. Una recatada solterona de puertas adentro, una sombra custodiada por persianas entreabiertas espía el avance del cortejo. Decide incorporarse a la procesión que se dirige a la Catedral. Su llanto desconsolado contrasta con el fastuoso trámite de un ritual sin emoción. En este juego de formas, jerarquías, solemnidades y ornatos, en el contrapunto de pompa social y drama íntimo, esta mujer de labores caseras, que no sabe de hombres ni guerras, deja el destino de ser nadie por la luminosa mentira de ser otra.
La Espera
Daniel Moyano 33’23”
Orfandad y desamparo la de un niño solo que espera un día entero en el frente de la casa la llegada de su padre que prometió llevarlo a vivir con él. Mientras, su “familia adoptiva” ahonda el desarraigo con la cantinela cruel de los “delincuente” y “borracho” estampados a su padre, con silencios hoscos, reproches y maltratos. Un padre fugaz al que vio unas pocas veces a escondidas pero con el que ya identifica alguna marca de sangre (un huesito en la cara). Suficiente para hacerse de algo propio y protector; el resto lo inventará como alimento de su identidad acosada y rota como la estatua que nunca termina de ver, que ve de a retazos desde la casa de esa familia ajena. Esa espera representa la promesa de una revelación y una búsqueda de la propia identidad.
A la deriva
Horacio Quiroga 9’56’’
En pleno monte, un hombre es mordido por una víbora. El progreso del veneno en la sangre, la sed, la anestesia del final. Un drama bien circunstanciado de una muerte en el río: un viaje en búsqueda de ayuda, la esperanza de llegar a tiempo, la canoa, errante en la corriente del Paraná. La vista imponente del paraje en el atardecer lo distrae, el rocío del crepúsculo lo refresca, los recuerdos lo reconfortan y, mientras muere, cree que lo peor ya pasó. El lenguaje lacónico y ceñido del personaje fundido con imágenes y descripciones del paisaje muestran el drama personal inmerso en el cósmico, el de la naturaleza en su esplendor donde todo acaece y acaba, el río del tiempo que arrastra a los hombres, a la deriva.
Sur Viejo
Dalmiro Sáenz 17’06”
En la Patagonia inclemente, árida, de soledades y trabajo duro, una pareja transcurre sus días desafiando la adversidad que impone lo inhóspito. No tienen más que sus propias soledades. Languidecen en calma. Un día, llega a la casa un hombre. Y la vida cambia. Nace el deseo, el del instinto y el de la codicia. El recién venido guarda un dinero en su bolsa. Lo primitivo de cada cual se pone en marcha y desata una tragedia seca y silenciosa como el páramo que le sirve de marco.
El intérprete
Juan José Saer 8’20’’
Un indio latinoamericano ya añoso se recuerda a sí mismo viendo por primera vez las carabelas de los conquistadores españoles en el horizonte marino, cuando desembarcan, cuando lo rebautizan Felipillo, le enseñan su lengua, la que ordena, y lo convierten en una suerte de lenguaraz, traductor oficial de los invasores. Su voz es el ida y vuelta, el vehículo de acusaciones y respuestas, es la sentencia condenatoria con que los conquistadores juzgan a Ataliba, el jefe de su pueblo. Felipillo, el indio confundido en el tumulto de las dos lenguas en conflicto, despoja a sus únicos dueños, a su estirpe, de las tierras americanas que los vieron nacer.
Aquel Peronismo de Juguete
Osvaldo Soriano 9’10’’
Una pintura del país a comienzo de los años 50 en la evocación de un niño que recuerda la ilusión con que esperaba, cada 6 de enero, obtener los juguetes que Eva Perón repartía entre los únicos privilegiados. Muerta Evita, el chico, ya casi adolescente, decide escribirle una carta al General pidiendo las once camisetas necesarias para el equipo barrial de fútbol. Y Perón llegaba lejos, más allá de los ríos y los desiertos.
Petróleo
Héctor Tizón 15’16’’
En la exaltación de un vecino por el descubrimiento de lo que cree que es petróleo, está resumido el sueño eterno de los pobres por salir de su miserable situación. En este caso el golpe de suerte salvaría a todos los habitantes del caserío. Serían ricos. Podrían así comprarse una radio y un sombrero y tal vez un caballo y muchas gallinas y chanchos. Con la imaginación inflamada y la ambición desbocada arman una gran fiesta que acaba con las magras provisiones de los pobladores. Pronto deberán echar tierra sobre tanta esperanza colectiva cuando se sepa que el oro negro es sólo un escape de combustible de una cisterna rota del ferrocarril.
No hay comentarios:
Publicar un comentario